El gobierno de Macri sorprende. Le dio la fabricación de medicamentos para la tuberculosis a un laboratorio público de Río Negro. Fue a raíz de un reclamo de faltantes.
La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) no se anduvo con medias tintas. Le dijo a las autoridades nacionales de salud que había varios medicamentos para la tuberculosis que estaban en falta. Ver carta.
Se trata de las drogas pirazinamida e isoniacida, dos activos híper-maduros que los laboratorios Lafedar, Sanofi y Richet, en el primer caso, y Sanofi y Austral, en el segundo, tienen avales para producir.
Ante la presentación oficial de una sociedad médica de jerarquía, el gobierno se vio contra las cuerdas y tuvo que salir a responder. Por un lado, responsabilizó a la gestión anterior y a su vez definió que un laboratorio de producción pública sea el proveedor de los medicamentos que el Estado está obligado a entregar. Ver Comunicado.
El ministro Jorge Lemus le dio las llaves y por tanto le pasó la pelota a un laboratorio de escaso peso específico como el PROZOME, la Productora Zonal de Medicamentos de Río Negro.
Esta resolución sorprendió a propios extraños, ya que si bien existen laboratorios privados autorizados a fabricar estos medicamentos, el ministro Jorge Lemus le dio las llaves y por tanto le pasó la pelota a un laboratorio de escaso peso específico como el PROZOME, la Productora Zonal de Medicamentos de Río Negro.
Entre los privados, los nacionales Lafedar y Richet tienen Pirazinamida Lafedar y Pirazinamida Richet, respectivamente. Mientras que la francesa Sanofi dispone de su marca Rifater, y el laboratorio Austral -del grupo Cassará- tiene a Rifaler.