El negocio de los biosimilares crece y se consolida a nivel internacional. Incluso son varias las multinacionales que compiten tanto con su portafolio de innovadores y en simultáneo en el nicho de los bios. Es el caso del grupo Novartis que lanzó Rixathon durante esta cuarentena.
El laboratorio Sandoz lanzó Rixathon en la Argentina. Se trata de un biosimilar de Mabthera de la suiza Roche, indicado para el tratamiento de enfermedades onco-hematológicas y reumatológicas, que fue aprobado recientemente por la ANMAT.
El producto, que se destina para linfoma no-Hodgkin, leucemia linfática crónica y artritis reumatoidea, llega a la Argentina –importado desde Austria– después de haber obtenido el pertinente aval en otros mercados de la región. Ya está en Brasil, Uruguay, Chile y Centroamérica y Caribe.
Rixathon es el segundo biosimilar lanzado en el país por Sandoz. El primero que trajo la empresa que forma parte del grupo Novartis había sido Omnitrope. La firma, cuya filial en el país está bajo la responsabilidad de Roberto Dormal tiene además otros dos «bios» en gateras para la segunda parte del año, según pudo saber este medio.
Los biosimilares son desarrollados a partir del vencimiento de la patente del medicamento biológico de referencia, y aprobados tras demostrar en estudios analíticos, pre clínicos y clínicos los mismos niveles de seguridad y eficacia que el producto de referencia. Se trata de opciones que permiten el acceso al mismo tratamiento a un costo inferior.