Unilever puso blanco sobre negro en la nueva campaña que creó para su marca Rexona Clinical. A través de una comparativa salió a diferenciarse de lo que denomina un «antitranspirante común».
La angloholandesa Unilever volvió a apelar a una publicidad comparativa para su antitranspirante Rexona Clinical.
La multi diseño un spot basándose en un experimento en el que intervienen un trozo de tela cortado al estilo de una tapa de empanada y un vaso con agua. Así pretende contrastarse con lo que denomina un «antitranspirante común».
El producto compite en el mercado con Nivea Clinical de la alemana Beiersdorf; Secret Clinical de la norteamericana P&G; y la versión de Vichy de la francesa L’Oréal.
El año pasado, la compañía había recurrido a una estrategia similar. Lanzó un corto en el que dividió la pantalla en dos y equiparó a varios animales con objetos de uso cotidiano. Bajo el claim no todo lo que se ve igual funciona igual, su objetivo fue diferenciarse de sus competidores, que además mantienen una estética muy similar a la de Rexona. Ver artículo