El confinamiento y distanciamiento social que impusieron numerosos países durante parte del 2020 dejaron una fuerte huella en la multi española de cosmética Puig. El año pasado sus ventas se desinflaron un -32% a € 1.537 millones. El ingreso de la británica Charlotte Tilbury en sus estados contables permitió amortiguar la caída.
La pandemia golpeó con fuerza a la española de moda y fragancias Puig. Su facturación en 2020 se hundió un -32% a € 1.537 millones frente a los € 2.029 millones de ingresos que había anotado en 2019. Ver Press Release
Los efectos del coronavirus sobre sus resultados financieros se vieron parcialmente compensados por la incorporación de la etiqueta británica de maquillaje de lujo Charlotte Tilbury, que aportó un 24% de las ventas.
Desde su fundación en 1914, Puig se mantiene como una compañía de estructura familiar. A pesar de que sus acciones no se negocian en ningún mercado del mundo, tiene la costumbre de hacer públicos sus resultados anuales.
La catalana explicó que si bien la performance la compañía en los dos primeros meses de 2020 fueron muy satisfactorios, el ejercicio se vio truncado por el COVID-19, una crisis sanitaria y económica sin precedentes, que ha sacudido enormemente casi todos los sectores. Por primera vez en la historia reciente de la compañía, Puig cerró el año con un resultado negativo.
El confinamiento y el distanciamiento social redujeron el consumo de perfumes y moda, mientras clientes de todo el mundo cerraban progresivamente sus negocios: perfumerías, grandes almacenes, tiendas en aeropuertos y centros comerciales, agregó.
El impacto en 2020 en el mercado global de fragancias selectivas fue del -29%, aumentando este descenso hasta un -71% en travel retail. Las ventas en el canal online se dispararon, alcanzando el 28% del total de la facturación, señaló la compañía.
En un análisis por regiones, la española informó que sus ingresos en América Latina se desplomaron un -40% de € 427 millones en 2019 a € 257 millones en 2020. Esto incluye a su filial argentina, comandada por Pablo Mortstedt.
En el primer día de 2021, Puig estrenó uno nueva estructura empresarial. A fines del año pasado, anunció que su negocio se dividiría en tres divisiones: Beauty and Fashion, Charlotte Tilbury y Derma. Ver artículo.
Con esta aggiornada estructura, la compañía tiene como objetivo superar los € 3.000 millones de ventas en 2023, y alcanzar los € 4.500 millones en 2025. Esto significaría doblar la facturación actual en 2023 y triplicarla en 2025. El plan se apoya en un crecimiento significativo debido al impulso del canal digital y al aumento de los ingresos en Asia, que supondrán un 30% y un 25% respectivamente en 2025, puntualizó.
En junio de 2020, en pleno confinamiento, Puig comunicó la adquisición de Charlotte Tilbury, marca británica icónica de maquillaje y cuidado de la piel fundada en 2013 con un fuerte posicionamiento digital. Ver artículo.