Las tabacaleras no escatiman en gastos para avanzar con su campaña de evangelización. Subieron a periodistas argentinos a un avión con todos los gastos pagos a fin de dar a conocer sus devices. Son productos que sin embargo, en la Argentina no están autorizados por la ANMAT. Aunque quieren torcerle el brazo a la autoridad regulatoria argumentando que se comercializan de forma clandestina.
El sector tabacalero y el de healthcare están en las antípodas. Sin embargo, ahora las tabacaleras intentan reducir esta brecha en función de las tendencias saludables y de que su negocio tradicional se está esmerilando de forma progresiva.
Por ello, y para mostrar «su mejor cara» Philip Morris no está escatimando en gastos. Durante diciembre subió a un avión a un periodista de Clarín a fin de que visite el centro de Investigación y Desarrollo de la multi en Neuchatel, Suiza. De hecho, el vocero durante ese encuentro fue un gerente de Comunicaciones Científicas, cargo que increíblemente abreva y copia a los que son moneda corriente en el sector Farmacéutico. Ver Artículo Clarín. Tres meses atrás, la multi había costeado la participación de otra periodista argentina quien cubrió un simposio sobre nicotina en Polonia. Ver artículo.
El objetivo de la compañía es dar a conocer y posicionar a IQOS, un dispositivo electrónico que imita la acción de un cigarrillo tradicional y que no está autorizado por la ANMAT, así como tampoco por la FDA ni por varias agencias regulatorias de referencia. Claro que no es el único en su tipo. También compite Glo, de la British American Tobacco, que en la Argentina opera por medio de Nobleza Piccardo.
Uno de los principales argumentos que dejan traslucir las tabacaleras a través de este tipo de artículos periodísticos es que esta clase de productos se comercializan de forma clandestina. Como si ello fuera una razón suficiente para legitimarlos y de esa forma influir para que las autoridades regulatorias den vuelta la tortilla.
