La falta de pediatras en la Argentina ya tiene una red flag. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría se advierte sobre esta problemática. Se explica que existen condiciones de trabajo inaceptables, y necesidad de pluriempleo, entre otras cuestiones. En la actualidad la mayor parte de la residencias se cubren con médicos extranjeros que luego regresan a su país.
La Sociedad Argentina de Pediatría encabezada por el doctor Rodolfo Moreno emitió una carta en la que se pone blanco sobre negro respecto de la difícil realidad que atraviesa la especialización médica enfocada en bebés, niños y adolescentes.
La entidad salió a alertar respecto de la disminución en el número de médicos pediatras activos en el sistema de salud argentino.Se describió que «estamos en un escenario difícil para el ejercicio profesional de la pediatría». Y que existen condiciones de trabajo inaceptables, alta carga laboral, inestabilidad en los empleos, baja remuneración, y necesidad de pluriempleo, entre otros factores. Ver Comunicado.
El doctor Manuel Rocca Rivarola, director del Departamento Materno Infantil, Hospital Universitario Austral indicó incluso que la situación es alarmante. Expresó sin vueltas, que se está destruyendo lo que ha costado tantas generaciones construir. Subrayó en su cuenta de Linkedin que la formación de un buen pediatra no se consigue en unos pocos meses, sino que lleva años. El profesional entiende que las consecuencias de este déficit progresivo son y serán tremendas para el sistema de salud y, en particular para la niñez y sus familias. Ver Linkedin.
Rocca Rivarola dijo asimismo que en Argentina, pasamos de contar con pediatras y especialistas de niños distribuidos y atendiendo en cada rincón del país, a una actualidad muy triste con residencias incompletas, áreas de internación y emergencias pediátricas que deben cerrar por falta de profesionales. Desapareciendo lentamente esa persona de confianza, empática, y bien formada que es el médico pediatra de cabecera.
Los motivos de esta problemática son varios. Se describe que una parte del problema es el menor número de postulantes a residencias, que se ocupan parcialmente y con médicos extranjeros que luego de su formación vuelven a su país de origen. Y se expresa que la peor parte es la pérdida de médicos experimentados, quienes son los mentores de las generaciones futuras, ya que muchos emigran o abandonan la practica asistencial.
Se propone entonces que se avance en soluciones integrales, a la vez que se llama a reflexionar a las autoridades gubernamentales. La idea es sentar en una misma mesa a las sociedades científicas, a las universidades públicas y privadas, y a los colegios médicos a efectos de diseñar e implementar políticas para revertir esta situación.
