El Estado adeuda $5000 mil millones en concepto de medicamentos. Los laboratorios están en llamas, pero no le quieren dar un corte al convenio, porque si no, nunca cobrarían el lastre de la deuda.
El reciente cambio de gobierno nacional, hizo virar por completo el enfoque sobre diferentes costados de la economía y sobre diferentes prácticas de consumo y gastos en la Argentina.
Aunque hay algo que no cambió y es el retraso en el efectivo pago de las deudas en el PAMI, así como su deficiente gestión.
El convenio macro entre la mayor obra social de Latinoamérica y la industria farmacéutica -representada por las tres cámaras industriales- CILFA, CAEMe y COOPERALA, tenía fecha de vencimiento en el mes de diciembre, justo en el primer mes del nuevo gobierno.
Cambió el gobierno, pero no las mañas. Los plazos de pago se están dilatando cada vez más, e incluso se habla de un nuevo plan de administración capitado.
Pero a pesar de que el consenso era barajar y dar de nuevo, se volvió a prorrogar el mismo contrato, al que todos tildan de ventajoso sólo para el Estado. Ni la industria, ni los minoristas consideran que el «acuerdo» sea rentable ni beneficioso para los eslabones privados que forman parte.
Tal es así, que al día de hoy, miércoles 15 de junio, el Estado mantiene una deuda de $5 mil millones, y de hecho, las farmacias anunciaron un quite de prestaciones desde la 0 hora del día de mañana.
Fuentes seguras consultadas por Pharmabiz, explicaron que este atraso, le genera un «agujero negro» a las compañías. Sin embargo, ninguna de las cámaras saldrá públicamente a explicar la situación, porque «el sector de Farma está erróneamente catalogado como muy rentable, cuando esa no es la realidad actual. De modo que este tipo de reclamos genuinos parece que no tienen lugar frente a los medios de comunicación masivos y por tanto frente a la opinión pública».
Todos los interlocutores consultados por este medio explican que Carlos Regazzoni, el titular del PAMI, está cambiando las reglas de juego permanentemente, a la vez que dialoga de forma intermitente con cada una de las cámaras industriales, sin generar un plan coordinado y seguro de prestación.
De todos modos, la historia de esta «telenovela» a esta altura será sólo una nueva figurita repetida. Esto es porque las fichas se mueven siempre en la misma dirección: hoy las farmacias ejercen presión pública y consiguen que los medios masivos de comunicación reflejen el «corte de atención a los jubilados». Con ello, logran que el Estado cancele cierta parte de la deuda.
Luego todo volverá al mismo punto. Las partes seguirán adelante con un convenio que le trae más lastres que ventajas a laboratorios y retailers, pero el que nadie quiere cortar de plano.