En los ’90, la Argentina era uno de los diez mercados más importantes del mundo. Hoy bajó muchos puestos en el ranking. Los locales quieren una ley que obligue a fabricar en el país

Las multinacionales del sector farmacéutico se están yendo de la Argentina y dejan sus plantas a empresarios nacionales.

Así, una de las últimas operaciones farmacéuticas de magnitud dejó a muchos analistas del sector boquiabiertos. Varios laboratorios estaban tras la planta que los franceses de Aventis tenían en San Isidro, pero el predio quedó en manos del empresario local Hernán López Bernabó, quien fue por años presidente de CILFA, la cámara de los laboratorios nacionales.

El monto de la operación rondó los u$s7,8 millones y parte del acuerdo implica que la empresa compradora -bautizada HLB Pharma– se encargará de la manufactura de los productos de los europeos.

En julio de este año el laboratorio local de genéricos Richmond compró la planta del holandés Organon ubicada en el barrio de Núñez. Con 2.500 metros cuadrados tenía el cartel de venta desde hace más de dos años cuando los holandeses decidieron desmantelar su producción en la Argentina para comenzar a importar su cartera de productos.

En diciembre del 2003, los norteamericanos de Wyeth se desprendieron de su planta en Quilmes, al sur del Gran Buenos Aires, que quedó en manos de Fada Pharma, la compañía farmacéutica de origen local que por ahora está en manos del fondo de inversión Advent International Corporation.

Con esta operación, el laboratorio se propuso agregar nuevas formas farmacéuticas a su portafolio de productos. Por eso, además de inyectables y jarabes, ahora cuenta con comprimidos, cápsulas y cremas.

En casi todos los casos, los compradores no sólo adquieren las plantas sino que también recontratan a los empleados. Esto ya lo cerró Aventis y Fada Pharma, logrando acuerdos exitosos para ambas partes. Y también lo había concretado el suizo Novartis en enero del 2003 cuando le vendió su planta de Villa de Mayo al laboratorio local Phoenix que ahora fabrica tanto para sí mismo como para Novartis. Además, el laboratorio de la familia Sielecki recientemente anunció una inversión de u$s7 millones, que sería destinada a mejorar la planta hasta fines del 2005.

Globalización y achique

«Las multinacionales tratan de tener mayor liquidez en lugar de tener tantos activos comprometidos y así racionalizar sus costos operativos«, dijo a Infobae un analista del sector. Y en todos los casos, los internacionales responden casi al unísono: el desprendimiento de nuestros activos en la Argentina no significa que ya no se considere prioritario al país, sino que responde a decisiones globales en las que las casas matrices deciden cuáles son las plantas productivas que a nivel global siguen considerándose estratégicas.

Los analistas consultados afirman que el sector farmacéutico en la Argentina esta atravesando un proceso inverso al de la década del ’90, cuando las multi desembarcaban sumando nuevas instalaciones. Fue el caso del laboratorio Bristol Myers Squibb, que compró el local Argentina y con eso adquirió su planta de Luis Guillón. En los ’90 fue también cuando los europeos de Serono se quedaron con el local Filaxis y su planta operativa.

Era la época en que la dimensión del mercado de medicamentos de la Argentina la ubicaba entre la primera docena del ranking mundial y hoy bajó muchos puestos en esa escala y ya no es un mercado prioritario en la región.

También en los ’90 Laboratorios Chile había destinado u$s175 millones para la compra de Armstrong Syncro, con lo que sumó sendas facilidades de las que ahora quiere desprenderse. Más tarde, Ivax Corporation compró en Chile Laboratorios Chile e Ivax termino aglutinando cuatro compañías en este país. En septiembre del 2002 la británica GlaxoSmithKline le vendió su planta de Munro al laboratorio Ivax y así se concentró en su única planta de San Fernando.

Según los datos suministrados por las cámaras del sector, en la Argentina hay 109 instalaciones industriales operativas, de las cuales 90 son nacionales y 19 corresponden a multinacionales. Pero los nacionales no se conforman y quieren ir por más.

Algunos laboratorios adelantaron a Infobae que están trabajando para que exista una ley similar a la que está vigente en Brasil, que obliga a los laboratorios extranjeros a fabricar en el país o, en todo caso, a otorgar licencias a los criollos para que sólo puedan fabricar las marcas globales en tierras locales.

Por Cristina Kroll

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