La latina Biotoscana, así como el británico GlaxoSmithKline y el danés Novo Nordisk, fueron ayer frenados en la aduana. Aunque no fueron los únicos que por fin tomaron nota que las medicinas tendrían un stop para su ingreso al país.
Fue así, que varios laboratorios fueron controlados apenas intentaron entrar sus embarques a la Argentina. Esto fue en el marco que ha dispuesto el gobierno nacional para equilibrar la balanza comercial en todas las ramas de la industria. (https://www.pharmabiz.net/?p=10266).
Aunque luego, las negociaciones tuvieron suerte distinta. Biotoscana está enrolada en Cooperala, una de las Cámaras que nuclea a los laboratorios de origen nacional y rápidamente le encontraon una vía de solución. Cooperala solicitó que se considerara que dicha Cámara mantiene un saldo comercial positivo en su conjunto, para que en este contexto Biotoscana tenga vía libre para ingresar sus productos sin trabas.
Mientras tanto, en CAEME, -la Cámara que nuclea a los laboratorios multinacionales-, están tratando de buscarle la vuelta al asunto de manera conjunta y coordinada. Aunque se sienten entre las cuerdas.
Las negociaciones en las que debe implicarse CAEME se están produciendo al mismo tiempo que la Cámara está levantando la mano para renovar sus autoridades.
Mañana jueves 28 de abril, la Cámara de laboratorios de origen extranjero le dará la despedida a James Harold, el número uno del suizo Novartis que fuera presidente de la entidad durante los últimos dos años.
Y en el mismo acto coronaría como número uno al argentino Eduardo Neira (53), el gerente general del anglo-sueco AstraZeneca.
La noticia suena más que alentadora. Neira es un llano representante y hombre de diálogo que quizás tenga la habilidad de encontrarle un buen cauce a la áspera relación que comenzó a entablarse entre el gobierno y la industria farmacéutica de origen extranjero.
Neira trabaja en AZ desde hace once años. Primero fue director financiero en la filial local, luego cumplió funciones en el exterior y en 2006 regresó al país para ocupar el sillón principal.
Flexible y con gran experiencia para moverse cómodo entre locales y extranjeras, posiblemente encuentre el idioma que toque la cuerda del consenso.