Las Cámaras de la Industria Farmacéutica se reunieron la semana pasada en la Secretaría de Comercio Interior. Allí se anunció la decisión de profundizar los controles en el comercio de importación y exportación de materias primas y medicamentos terminados.
La semana pasada las Cámaras de la Industria Farmacéutica se reunieron en la Secretaría de Comercio Interior.
Por el lado de la industria estuvieron las empresas a pleno: los socios y representantes de CAEMe, CILFA, COOPERALA y CAPGEN.
Y por el wing del gobierno, la reunión fue liderada por el Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. También estuvo la Ministro de Industria Débora Giorgi, el Secretario de Industria Eduardo Bianchi, la titular de la Dirección de Aduanas María Siomara Ayerán, el Sub Director General de Fiscalización de la AFIP Horacio Justo Curien, el Sub Secretario de Relaciones Sanitarias e Investigación Dr. Jaime Lazovsky, el interventor de la ANMAT Dr. Carlos Chiale y la Sub Secretaria de Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Susana Trupia.
Allí se anunció la decisión de profundizar los controles en el comercio de importación y exportación de materias primas y medicamentos terminados.
Desde el día de ayer, la industria farmacéutica deberá presentar sus planes demostrando como lograrán alcanzar el equilibrio de su balance comercial externo de materias primas y medicamentos.
Es decir que a partir de ayer lunes 18 de abril la industria farmacéutica – a través de sus Cámaras o cada empresa individualmente – deberán presentar sus planes demostrando como lograrán alcanzar el equilibrio de su balance comercial externo de materias primas y medicamentos.
En ese marco, las alternativas que expuso el Secretario de Comercio Interior para equilibrar la balanza comercial externa de medicamentos son: aumentar las exportaciones; disminuir las importaciones; incrementar el ingreso de divisas en concepto de estudios clínicos; realizar aportes irrevocables de capital; reinvertir efectivamente utilidades, o dejando de lado contabilizaciones de deudas de la sociedad con los accionistas por este concepto.
Adicionalmente estableció nuevas reglas: cada dólar importado deberá ser compensado por un nuevo dólar de exportación. También aclaró que las importaciones desde Brasil están incluidas en esta decisión. Y quedan exceptuados de esta regla, todos los productos terminados -no materia prima- provenientes de la India, hasta cubrir el cupo de u$s 300 millones.
Desde la industria señalan que ninguna empresa tiene cero importaciones. Esto es porque en la Argentina se produce poca materia prima, por lo que no es natural que haya un desequilibrio intrínseco.
Es por eso, que si bien los nacionales tendrán que hacer las cuentas, no serán los principalmente afectados. Los laboratorios más complicados con esta decisión son las multinacionales que no poseen plantas en el país.
Es el caso de la norteamericana Bristol Myers Squibb, que se desprendió de su planta de manufactura ubicada en Luis Guillón a manos del nacional Roemmers, en enero de 2006. Ver publicación.
También el suizo Novartis, que en 2003 transfirió su planta al Grupo Phoenix, la que ahora es propiedad de GlaxoSmithKline. Ver publicación.
Eli Lilly es otra firma que está en alerta roja con esta decisión: no cuenta con planta de manufactura en el país. El año 1980 marcó un antes y un después en su plan de negocios cuando decició irse del país. Ver artículo.
Otros laboratorios afectados son los norteamericanos Janssen Cilag y Allergan, así como los daneses Lundbeck, y Novo Nordisk.
Mientras tanto, el alemán Boehringer Ingelheim, el noruego Nycomed y el italiano Menarini, no estarían tan comprometidos porque producen en el país a manos de terceros.
No es el mismo panorama para Merck Serono, Roche o Genzyme –ahora propiedad de Sanofi Aventis– que al producir biotecnológicos, difícilmente puedan encontrar sustitución de importaciones en manos de locales.
También, aunque con un peso muy poco significativo en el mercado local, están afectadas las españolas ISDIN y Q-Pharma. Entre las francesas, le toca a Galderma –del grupo L’Oréal– y a Servier.
Asimismo, las pequeñas empresas nacionales están en un brete. Es más que obvio que deben importar principios activos ya que en la Argentina la producción es ínfima. Ver artículo.
Esas mismas compañías están claramente enfocadas hacia el mercado interno. La mayoría de esas empresas están nucleadas en Cooperala y también en Capgen.
Esta última es la Cámara de genéricos que había tenido su época de esplendor bajo la gestión del ex Ministro de Salud Ginés González García.
Aunque las Cámaras nacionales lograron un cambio clave en las reuniones mantenidas esta semana. Ahora también se contabiliza como excepción, a la materia prima proveniente de la india como elemento para compensar la balanza.
Y como la mayoría de las mini compañías importa APIs desde la India, las empresas celestes y blancas están algo más cómodas para poder cumplimentar este esquema.