Nadie quiso estar ausente. Los protagonistas y principales referentes de la política, los diferentes interlocutores de la seguridad social, así como un amplio espectro del empresariado de farma estuvo hoy en el megaevento que montó el grupo Insud en Garín.
Hugo Sigman se puso al hombro el evento de inauguración de su laboratorio de biosimilares hoy en Garín, en la provincia de Buenos Aires. Y allí el principal invitado fue el presidente de la nación Alberto Fernández, a quien se le consultó específicamente el horario en el que estaría disponible para así sincronizar todas las agendas.
La fábrica está enclavada en un entorno productivo en donde hace tandem con Biogénesis Bagó y con Sinergium Biotech, todas empresas en la que Sigman es una pata constititutiva. Juntas conforman un polo que según se expresó hoy en Garín es el más importante de toda latinoamérica a nivel de industria farma.
El presidente de la nación Alberto Fernández vio propicia esta plataforma de inauguración para poner sobre el escenario algunos temas críticos de la política nacional. Dijo que “Lo que necesitamos es que haya muchas más empresas como éstas, que haya muchos más empresarios invirtiendo y dando trabajo, y menos banqueros comprando letras del Banco Central.
Claro que el presidente no fue la única figura del día. También estuvieron el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ministro de Salud, Ginés González García; el de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza; el de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro y el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk. Asistieron además la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, la titular del PAMI, Luana Volnovich; el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna y el futuro embajador en España, Ricardo Alfonsín.
Al momento en que Sigman tomó el micrófono lo primero que hizo fue explicar el por qué de la rareza del nombre de mAbxience. El mismo se eligió porque la nomenclatura «mab» corresponde a la abreviatura en inglés que identifica a los anticuerpos monoclonales, los «monoclonal antibody«.
Más tarde, el empresario agradeció en un apartado de su discurso a las autoridades de la ANMAT presentes en el evento. Aunque realzó que todas las plantas de la empresa están aprobadas por la EMA, la FDA y la agencia japonesa, un requisito sine qua non para exportar a dichos mercados. Precisó además que en enero se presentaron los dossiers ante la agencia europea y en junio se hará lo propio ante la FDA.
Sigman se refirió específicamente al nivel de precios de este tipo de tratamientos. Puntualizó que los mismos son cada vez más altos. Arrancan en u$s 60 mil año y hasta u$s 2 millones anuales. Fue el momento exacto en que logró colar la nueva sugerencia de la OMS que habla de flexibilizar los sistemas de patentes.
Según lo explicitó la compañía el proyecto requirió de una inversión de u$s 40 millones. A la vez que fueron al grano en materia de guerras comerciales. Puntualizaron que “Desde que mAbxience comenzó a comercializar anticuerpos monoclonales biosimilares logró ahorrarle al país u$s 400 millones y por su sola presencia ha obligado a bajar los precios del único comercializador de producto importado que existía en el país”, en clara alusión a los suizos de Roche.
Las multis de farma también fueron de la partida al momento de hablar de los costos que demanda el hecho de producir en el país. Sigman dijo que la situación tributaria es marcadamente desigual. Detalló que la importación de productos terminados pagan 0% de arancel, mientras que la importación de materias primas para fabricar esos mismos productos exige un arancel del 3%. A esto hay que sumarle un 30% de cargas correspondientes a cargas patronales, ingresos brutos y otros tributos.
El presidente de la nación, a su turno, dijo que este proyecto «nos pone en los mejores lugares donde la Argentina debe estar dentro del mundo». Trajo a colación que al momento de la campaña presidencial se planteaba que era imposible vivir con un sistema financiero que solo promovía la especulación financiera. Y que así se impulsaba y se apostaba a las letras del tesoro que superaban en exceso la inflación, en desmedro de las inversiones productivas.
