Los medicamentos de venta libre les ganan la carrera a los recetados
La perfomance de los medicamentos recetados y los de venta libre (OTC) mostraron un derrotero bastante dispar en nuestro país luego de la devaluación del peso. Si se comparan la facturación de ambos grupos entre el 2001 y el 2003 se advierte un crecimiento sustancialmente mayor en las colocaciones de medicamentos de venta libre.
Mientras que la facturación en pesos de los recetados creció 12,26% en ese período, la de los OTC subió 57,89%, según la auditora IMS. Al mismo tiempo, la venta en unidades de los recetados cayó 5,75% mientras que se vendieron 26,95% más unidades de los venta libre.
Y según alertan los analistas no hay que dejar de leer un número claro: el precio promedio de los recetados durante el 2003 fue de $17,27, mientras que el valor medio durante el 2001 alcanzó a los $11,44. Así, la suba de los precios entre esos dos años fue del 50,96 por ciento.
Por su parte, los de venta libre se facturaron en el 2003, a la salida de droguería a un promedio de $6,79, mientras que valor medio de los OTC durante el 2001 fue de 5,46 pesos. Estas cifras muestran que el precio promedio de los OTC creció 24,35% cerca de la mitad que los recetados.
De esta manera, según los analistas del sector, «la fuerte suba en la facturación de los medicamentos recetados se explica, básicamente, por el aumento del precio promedio de este tipo de productos«. En cambio, el alza que computan los valores totales de ventas de los OTC está vinculada, especialmente, por un crecimiento muy importante en la cantidad de unidades colocadas en el mercado.
Hay varias categorías terapéuticas en las que se está librando una fuerte batalla. El año pasado el protagonismo lo tuvieron los analgésicos tópicos. La guerra de marcas estuvo dada por Voltarén, del laboratorio Novartis, cuya jugada de marketing más importante fue sponsorear la camiseta del club Vélez Sarfield.
También compiten, en el mismo campo, Anaflex, de Bagó; Bayagel, de Bayer; Vinobron, de Tamis Lostaló, y Rati Salil de Gramon. El impulso inicial de esta categoría estuvo dado por Volterón Emulgel, que pasó de venta bajo receta a venta libre y luego fue seguido por las otras marcas.
Aunque sin duda la gran puja se da en el terreno de los analgésicos, que conforman 70% de la demanda de venta libre. El mercado es disputado por tres drogas: el ácido acetilsalicílico, el paracetamol y el ibuprofeno. La batalla contra la aspirina patentada por Bayer tuvo en su momento pico durante el año pasado cuando GlaxoSmithKline salió de punta en una campaña televisiva. Al tiempo que Tafirol, de Sidus, salió a ganar mercado centrado en la variable de precio. El mercado de los analgésicos factura $174 millones en el país y vende 21 millones de cajitas.
En este marco, la marca Abanta, que las madres utilizaban hace veinte años para humectar la colita del bebé, ahora resurgió de las cenizas. El nuevo impulso fue dado por la consultora Mercatus, que se hizo cargo del management de la división de productos de venta libre del laboratorio mexicano Columbia.
El objetivo, según Plácido Cosentino, de Mercatus, es tener durante este primer año 10% del mercado. De esta forma, le darán batalla a Dermaglós e Hiperglós, del laboratorio Andrómaco; a Bagóvit, de Bagó, y a Dr. Sellby, de Sidus, entre otras marcas en una categoría que factura u$s4 millones anuales.
Cristina Kroll