La empresa de estética Figurella liderada en la Argentina por la ex Elea, Andrea Souto, recibió un duro revés a su marca en el país, luego de que esta semana falleciera una cliente en sus instalaciones tomando sesiones de ozonoterapia.
La empresa emitió un comunicado aséptico explicando las características de los servicios que brinda aunque no se expidió taxativamente acerca de las certificaciones y normativas con las que debería cumplir su servicio. Esto muchas veces sucede también en el campo de los laboratorios que suelen mantener un low profile a rajatabla y dejan así horadar sus marcas.
Según el consultor Martín Alvarez, «El daño está hecho». Esto es debido a que una marca es el conjunto de los signos distintivos que identifican a un producto o servicio. Se trata de una construcción simbólica creada dentro de las mentes de las personas y se constituye de toda la información y expectativas asociadas con esa marca.
Dentro de las cualidades más importantes de las marcas se encuentra La Confianza. Y para ganarse la confianza del consumidor, una marca debe cumplir siempre sus promesas. Por lo cual, en este caso, según Alvarez, «la confianza entre cliente y marca está quebrada«. Por lo que restablecer ese equilibrio va a demandar mucho esfuerzo por parte de Figurella.
Mientras tanto, Alejandro Resnisky, titular de Arcoach afirma que entrenar a alta temperatura no produce un aumento del gasto calórico, es decir, que no se baja más de peso. Por lo cual, concluye que no resulta un buen negocio desembolsar alrededor de $9000 por un paquete de 15 sesiones de una hora.
Esto «no sólo por los riesgos que conlleva su utilización, sino simplemente porque es mejor entrenar en un parque a una temperatura de entre 16 y 22 grados, que dentro de dichas cápsulas con calor».
Según Resnisky esto debería estar aclarado en el contrato previo con el cliente, de forma similar a cómo la industria farmacéutica consigna en los prospectos las contraindicaciones de sus medicamentos.
