El lujo resiste en las joyerías porteñas
Los empleados de Santarelli, The Watch Gallery, Testorelli, Danfer o Sensation du temps de a poco deben convertirse en expertos joyeros. Es que los clientes de relojeria de alta gama conforman un séquito de fanáticos y coleccionistas. Por eso, los principales minoristas del país tomaron una capacitación con la Asociación Interprofesional de Alta Relojería, que agrupa a fabricantes y distribuidores para profundizar acerca de mecánica y rutinas de venta.
Las joyerías de lujo están concentradas en las zonas más paquetas: Recoleta, Palermo, shoppings y Florida concentran el 75% de las ventas. Aunque cada marca procura mantener un perfil diferenciado. Santarelli, además de joyería tiene un espacio dedicado a las antigüedades. Or dispone de tres pisos de exhibición y un despliegue tipo museo. The Watch Gallery, liderada por Nicolás Dobri, encontró en la relojería el corazón de su negocio.
Al mismo tiempo, Ernesto Kohen, al frente de Herkon lanzó el concepto de relojería móvil al que bautizó Sensation du temps. La primera apertura fue en Punta del Este en diciembre pasado. Recientemente se instaló en Bariloche, en el hotel Llao Llao. La idea es que se admiren los diseños desde una perspectiva cultural.
«En Bariloche, 50% de nuestros compradores fueron extranjeros«, admitió Kohen. Por eso, el flujo turístico le está dando cierto respiro a este sector, que compensa la baja de consumidores locales. En total, los joyeros estiman que el público local se conforma por 60 mil familias tradicionales. Estos grupos, asisten en promedio una vez por bimestre a curiosear novedades, suelen agasajar a sus hijos cuando alcanzan la mayoría de edad con un reloj de alto precio, pero también aprovechan cumpleaños y aniversarios.
Si bien hay marcas que tienen todos los joyeros también hay exclusividades The Watch Gallery tiene Breguet, Patek Philippe, Ulysse Nardin, Chopard, Chronoswiss, Chanel, Bell & Rose, Porsche Design, Hamilton y en dos meses incorpora Glashutte y Underwood, una marca de cajas para guardar relojes de colección. Or tiene Tiffany & Co y Audemars Piguet, y Sensation du temps, Alain Silberstein.
A nivel mundial hay cuatro grandes relojeros: Swatch, que conservó Longines, Omega, Tissot, Rado o Breguet; Richemont, que agrupa a Cartier, Piaget, Baume & Mercier, Mont Blanc e IWC; LVMH, que tiene Tag Heuer, Zenith, Ebel, Christian Dior y Chaumet; y Gucci, a Bedat y Boucheron. También conviven marcas independientes como Girard-Perregaux y Breitiling. Al mismo tiempo que Patek Philippe y Rolex también independientes conservan un volumen de facturación similar al de algunos de los grandes grupos. En el país, sólo Rolex opera de forma directa y la que levantó campamento fue Richemont, procrisis 2001.
En 1990 Tag Heur aceptó ser comprada por LVMH por u$s746 millones. Más tarde, The Swatch Group absorbió a Breguet. Tag Heuer y Breguet son las últimas de una larga lista de relojerías suizas que fueron absorbidas por rivales grandes. Suiza todavía representa más de la mitad del valor de todos los relojes que se venden en el mundo, pero la cantidad de fabricantes suizos disminuyó de 1600 a 600 desde 1970. La mayoría de los analistas coincide en que otros relojeros como Audemars Piguet y Breitiling que se alinean a grandes grupos, tienen un futuro más incierto.
Cristina Kroll