El éxito de las vacunas anti COVID-19 basadas en ARN mensajero está allanando el camino para el uso de esta tecnología en otros tratamientos. Podría llegar a utilizarse no solo para otras vacunas sino en terapias para diferentes especialidades.
Dos de las primeras vacunas desarrolladas contra el COVID-19 utilizan una nueva tecnología que nunca había sido autorizada antes de la pandemia: el ARN mensajero (ARNm). Son las que llevan el sello de Pfizer/BioNTech y la de Moderna, ya aprobadas en distintos mercados. También se lista la CureVac, que está siendo evaluada por la EMA.
Y es el surgimiento de dichos productos lo que podría marcar el comienzo de una explosión en el uso del ARNm para otras enfermedades. De acuerdo a la agencia de noticias Reuters, varios laboratorios están invirtiendo recursos para aplicar esta novel tecnología en otras vacunas e incluso en potenciales tratamientos para fibrosis quística, cáncer y otras condiciones difíciles de tratar. Ver artículo de Reuters.
Según Reuters, en los últimos meses se destinaron cientos de millones de dólares en capital en empresas centradas en el uso del ARNm. A su vez, el segmento está captando a los mejores talentos científicos a nivel global para sus áreas de I+D.
La agencia de noticias asevera que en el 2020 se invirtieron más de u$s 5.2 mil millones en compañías dedicadas al desarrollo de vacunas y terapias con ARNm, frente a los u$s 596 millones que se habían desembolsado en el 2019. Por caso, tan solo en el último trimestre, CureVac recaudó u$s 518 millones; Arcturus Therapeutics embolsó u$s 150 millones; y Gilead Sciences selló un acuerdo para una vacuna contra el HIV con Gritstone Oncology por hasta u$s 785 millones.
Según la consultora de investigación de mercado Roots Analysis, son más de 150 las vacunas y terapias de ARNm que están actualmente en desarrollo a nivel mundial. La mayoría figura en etapa de pruebas con animales, aunque más de 30 han llegado a estudios en humanos.
En el wing de las vacunas, la ventaja del ARNm -un mensajero químico natural que le indica al cuerpo que produzca proteínas específicas- es su versatilidad y velocidad. De acuerdo al listado de la OMS, son al menos siete las otras potenciales vacunas contra el COVID-19 a base de ARNm. Ver listado OMS.
La norteamericana Moderna tiene en gateras tratamientos para condiciones cardíacas, cáncer y enfermedades raras. Actualmente su programa más avanzado es una vacuna contra el citomegalovirus, la principal causa de defectos de nacimiento en los Estados Unidos.
Mientras tanto, Translate Bio podría convertirse en el primer laboratorio en comercializar una terapia de ARNm, con un potencial medicamento de inhalación para fibrosis quística. Por su parte, la startup alemana Ethris está apuntando a enfermedades pulmonares graves y mantiene en desarrollo un tratamiento para el asma junto con AstraZeneca. Ver artículo de Reuters.