El laboratorio nacional Beta puso punto final a su planta de Cañada Rosquín, en la provincia de Sante Fe, donde manufacturaba insulina de origen bovino y porcino. Después de este paradigmático cierre,  se especula con dos posibles escenarios.

El laboratorio nacional Beta le puso punto final a su planta de Cañada Rosquín, ubicada en la provincia de Sante Fe, donde manufacturaba insulina de origen bovino y porcino.

Pharmabiz quiso comunicarse con Gregorio Zidar, el presidente de la compañía, pero no obtuvo ninguna respuesta sobre este asunto.

Según fuentes consultadas del mercado se cree que la firma mantiene un stock de insulinas que podría alcanzar para el próximo semestre y nada se sabe sobre qué hará de cara al futuro.

Después de este paradigmático cierre, en el mercado se especula con dos posibles escenarios: una es que la familia Zidar finalmente acepte una oferta de compra para este laboratorio que hace una década viene atravesando serios problemas financieros.

La otra, algo más incierta, es que algún grupo inversor se interese por desembolsar cerca de u$s 10 millones para montar una planta y elaborar insulina en la Argentina apoyándose en la investigación realizada entre Beta y el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME).

A partir de dicha investigación conjunta la compañía logró el certificado para su insulina biotecnológica Betalin H Recombinante.  Ver documento. 

En este nuevo escenario los que seguirán siendo protagonistas en el campo de la insulina serán el danés Novo Nordisk, la norteamericana Eli Lilly, la francesa Sanofi y Denver Farma, el único laboratorio nacional que quedó tallando en este segmento. 

Denver había destinado u$s 16 millones para montar su propia planta en el 2010 en Garín y así elaborar insulina humana recombinante desde el país. 

Mientras tanto, el laboratorio Beta sigue manteniendo su planta en el parque industrial de La Rioja, donde elabora sólidos, líquidos y transdermales. En simultáneo en Buenos Aires conserva su planta piloto donde realizan desarrollo de productos.

 

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Cristina Kroll
Fundadora y Directora [email protected]

7 COMENTARIOS

  1. Hola a todos,
    Investigando un poco en el tema de la producción de insulinas en el mercado argentino, me he cruzado con esta interesante conversación. Ha sido realmente un placer seguir este chat protagonizado por gente que evidentemente tiene un conocimiento amplio del tema. Eso me lleva a nuevas preguntas:
    Como ven ustedes la situación actual del mercado de insulinas en Argentina?
    Y el futuro?
    Que novedades veremos en los próximos años en términos de nuevos productos?
    Como se distribuyen el mercado argentino los laboratorios actuales?
    Saludos!

  2. Estimado señor Néstor Martínez paso a paso…
    Primero, los APMs de Beta cobran sus sueldos salteado, en buena medida, porque a Beta se le achicó la que era su fuente principal de fondos para pagar esos sueldos: la venta de insulina porcina humanizada. Nunca hay una sola razón, ni digo que sea la única, pero, cuando se ingresa en un círculo descendente con caída de ventas, es muy difícil salir. Buena suerte.

    Segundo, nadie niega el progreso terapéutico que representan los análogos de la insulina humana en todo el mundo. Menos hipoglucemias -como usted mismo menciona- y mejor control de la HbA1c = mejor calidad de vida por más tiempo. Tenga en cuenta que Beta misma intentó desarrollar análogos (lo cual es mejor que calificarlos de «insulinas mutantes».

    Tercero, como argentinos, hablamos de seguridad de abastecimiento de una materia prima crítica para 200 mil insulinodependientes y de política industrial. Las empresas internacionales que dominan el mercado mundial de insulinas, hacen lo que tienen que hacer, concentran la producción de la materia prima crítica (API de insulinas, humana + análogos) en sus países de origen o en «zonas seguras».

  3. Ya no se mencionan los casos de *Unawareness* de la insulina humana, averiguen cuantos casos fatales se producen en el mundo por no estar el paciente lo suficientemente compensado y de pronto *sin darse cuenta* el unawareness hacen una hipoglucemia severa. Eso se tapò convenientemente en algunos trabajos pseudocienticos por gente de laboratorios involucrados.
    saludos
    Es solo una inquietud

  4. Beta hace muchos años que viene con problemas, solo hace falta preguntarle a sus representantes en que forma cobran los sueldos, para darse cuenta.
    Alfredo alguna vez sufristes una hipoglucemia ? Te hablo con conocimiento de causa, gracias a Dios que aparecieron los análogos y puedo utilizarlos una vez por día olvidándome de las peligrosas hipoglucemias. Es muy fácil hablar desde afuera.
    Saludos.

  5. Alfredo, es cierto, el mercado argentino -y el global- pasó a ser un mercado de análogos de la insulina. Asumo que eso frenó la construcción de la planta industrial de la insulina recombinante expresada en Pichia Pastoris que desarrolló el tandem Beta+IBYME. El I+D se completó entre 1996 y 2003, por lo menos hasta el nivel de pruebas de producción a escala piloto (bioreactor de 300 lts). A partir de 2004 se anunció varias veces el inicio de la construcción de la planta industrial. Nunca se concretó. Para Argentina, el resultado final, es que los ¿200-300 mil? argentinos insulinodependientes vuelven a depender 100×100 de la importación. De pricipio activo importado (API) o de productos terminados totalmente importados. En la epoca de Alfonsin, los insulinodependientes eran unos 60 mil y su gobierno armó un lío bárbaro que, en buena medida, se solucionó con las insulinas Beta de producción extractiva autóctona. Cordiales saludos.

  6. Natalio, Recuerdo el esfuerzo que se hizo en el gobierno de Alfonsin cuando se cerro la fabrica que había para preservar la producción nacional. *Que le pasarià al presidente de un país que no pudiera darle insulina a sus pacientes diabéticos* Esto lo dijo Robert MacNamara antes del cierre. Para nuestros médicos diabetòlogos lo importado es mejor. Inundaron el mercado con análogos que es puro marketing. Así estamos.

  7. Lastima el largo y conflictivo final de Beta en su segunda etapa. El resultado final de ese cierre, es que, después de 60 años Argentina deja de ser productora del principio activo (API) insulina. Es la segunda vez que nos pasa. La anterior fue en 1985 cuando Eli Lilly -luego de más de 30años- discontinuó la producción de API extractivo de insulina en Argentina. El 85% de ese API argentino se exportaba a Lilly EE.UU…que ya no lo necesitaba más por el pasaje a la novedosa produccion recombinante …convenientemente centralizada en EEUU y Gran Bretaña. Esta segunda vez, Argentina llevaba casi 10 años como único productor de API de insulina en Sudamérica después que Novo Nordisk cerró la planta de Biobras en Montes Claros, Brasil, para concentrar su producción de API de insulina en Kalundborg, Dinamarca (donde producen el 50% del API toda la insulina mundial).

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