Los sanitizantes en sus diversos formatos llegaron para quedarse. En este segundo año de COVID-19, la norteamericana Clorox le sumó una pizca de humor a las nuevas prácticas de higiene. La compañía apunta a ganar terreno en el segmento de Cuidado Personal, y desencorsetarse del negocio de los domisanitarios.
Un joven hace equilibrio en el subte a efectos de no tocar el pasamanos. Una chica presiona la tecla del ascensor con el codo, y otra, el botón del sanitario con el pie.
Mientras que otro grupo, que apela a las toallitas desinfectantes Ayudín se ocupa de repasar la pantalla del celular, el agarre del changuito del supermercado y también el volante del auto. Son todas superficies súper manipuladas y en las que los gérmenes prevalecen.
Estas escenas forman parte de la nueva campaña de la norteamericana Clorox, encabezada en la Argentina por Antonio Mosteiro, y en la que se pone en primera plana a su línea de toallitas descartables. Las mismas se comercializan en pouch de 24 y de 35 unidades, y en canister de 65 unidades.
A mediados del año pasado, la multi cerró su año fiscal un 8% arriba a nivel global, con ventas por u$s 6.721 millones, empujadas por el boom en el primer semestre del 2020 de las etiquetas Clorox y Ayudín. En tanto, para el año que está próximo a cerrar, la compañía prevé una performance flat, aunque con una demanda elevada de productos antibacteriales en todo el mundo. Ver artículo «Clorox: 8% arriba, resultados anuales».
En el mercado local, Ayudín compite de forma directa con Espadol, de la británica Reckitt Benckiser; con Pervinox, de los nacionales de Elea; y con Next, de Genomma. Estas dos últimas salieron al mercado en el 2020 con toallitas y alcoholes. También figuran en la plaza local Qsoft, del nacional Prifamon; y Bialcohol, de Porta Hnos. Ver artículo «Genomma se suma a la guerra de alcoholes» / Ver artículo «Pervinox con línea desinfección»