Una nueva mega fusión podría cerrarse en el mercado farmacéutico. Entre los eventuales candidatos, el nombre de GlaxoSmithKline suena muy fuerte. Pfizer sigue la jugada de cerca

Un llamado de teléfono de los norteamericanos de Bristol-Myers Squibb a Goldman Sachs hizo temblar a todo el sector de fabricantes de medicamentos. Es que la compañía le pidió a la consultora que comience a estudiar algunas alternativas que le den oxígeno al grupo, entre las que se encuentran su venta o fusión con otro laboratorio.

Bristol-Myers se enfrenta desde hace meses con diversos problemas. La patente de tres de sus fármacos más importantes caducaron en los Estados Unidos y varios fiscales demandaron al laboratorio por impedir la entrada en el mercado de productos genéricos. Claro que no hay que dejar de mencionar que en ese país tienen vigencia las leyes de propiedad intelectual, que dan lugar a la aparición de genéricos una vez que caen las correspondientes patentes.

Pesos pesados

En esta movida, comenzaron a sonar con fuerza algunos nombres como la de la británica GlaxoSmithKline, Pharmacia y Wyeth, que por estos días repiquetean en el ambiente internacional.

Uno de los players que está mirando con atención cómo se mueve el tablero es Pfizer, ya que una eventual unión de Bristol con Glaxo SmithKline crearía la líder mundial del sector. Tanto Glaxo como Bristol se vieron afectadas en los últimos meses por la pérdida de patentes de diversos fármacos. La unión de ambas compañías crearía un gigante con ven tas agregadas de u$s 49.000 millones, frente a los u$s 32.000 millones de Pfizer.

Proyección local

En la Argentina, Bristol-Myers Squibb mantiene un perfil bajísimo respecto de sus comunicaciones con los medios y su relación con la opinión pública. Con una planta de producción en Luis Guillón, al sur del Gran Buenos Aires, donde emplea 250 personas, fabrica sólidos orales, polvos y líquidos estériles, cremas y pomadas. Los productos farmacéuticos producidos incluyen cardiovasculares, antibióticos, antinflamatorios, descongestivos y gastrointestinales.

El año pasado alcanzó una participación de mercado de 2,09%, con una facturación cercana a los u$s80 millones, según datos que maneja FIEL. La compañía es líder en medicinas para el cáncer y su producto estrella es el Taxol, un fármaco que en la Argentina cuesta entre $500 y $5.000 según su tiempo de presentación.

En el mundo, la compañía facturó u$s20.000 millones durante el año pasado y es una de las farmacéuticas top en los Estados Unidos, donde mantiene una alta exposición pública. Lo más recordado sea, posiblemente, la fuerte campaña de marketing que realizó junto al ciclista Lance Armstrong, que logró sobreponerse de un cáncer. El deportista preside una fundación denominada Cycle of Hope y en el sitio web relata cómo es posible curarse gracias a las medicinas de Bristol.

Por su parte, GlaxoSmithKline, que el año pasado tuvo una participación de 3,09% en el mercado local y facturó u$s119 millones, tiene una cartera bien diversificada y entre sus productos se destacan los muy populares Uvasal, Genial, Alikal y Aquafresh. GSK fue una gran fusión del sector que se cerró en el 2001, como resultado del acercamiento entre Glaxo Wellcome y SmithKline Beecham.

Por Cristina Kroll

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