La norteamericana Abbott termina de desprenderse del negocio que heredó tras la compra de Recalcine hace una década. La multi vendió el paquete accionario de LIA, especializado en Hospitalaria y Licitaciones, a los nacionales de IBC y enfocados en el mercado de inyectables.

Le tomó una década. Esto a pesar de que todo el mercado entendía que la norteamericana Abbott no tardaría mucho tiempo en quitarse de encima el lastre que le vino de arriba en el año 2014 en la Argentina. Fue cuando la multi se quedó a nivel global con el grupo de origen chileno Recalcine. Ver compra grupo Recalcine

Y aunque a lo largo de estos años fue desprendiéndose de cada una de sus plantas en el país, esta semana se terminó de sacar este tema de encima. Según pudo saber Pharmabiz, la compañía le vendió el paquete accionario que responde a la denominación Laboratorio Internacional Argentino (LIA), a los nacionales de IBC. De modo que la empresa encabezada en la Argentina por Alejandro Sánchez Ingénito, se corre por completo del negocio Hospitalario y enfocado en licitaciones y también del Oftalmológico. En línea con esto, y según pudo saber este medio, la multi se desprendió de cerca de 70 registros y de la planta ubicada en el barrio porteño de Pompeya, especializada en formas inyectables. Fue todo a un precio simbólico. Ver LIA

El deal además contempla la absorción de 200 colaboradores, la mayoría operarios y técnicos de la planta fabril, y al equipo comercial y de ventas encabezado por Marcelo Pascuali, actual director Comercial en Abbott. En este pase de manos se listan productos de línea general como dipirona o hidrocortisona; de infectología, como amplicilina o aciclovir; de cardiología como sus heparinas; de anestesiología, como fentanilo o ketamina. Asimismo se incluyen algunos pocos oncológicos tales como el antineoplásico Trumar, a base de pazopanib. Increíblemente todo sigue nominalizado bajo el nombre de las extintas Fada y Northia.

Todo este conjunto de activos quedará del wing de un laboratorio que es clasificado de «bordeline» en el mercado y propiedad en un 60% del grupo Río Varadero, el que está representado por Marcos Podestá. A su vez también figuran Eduardo y Martín Lubrano. Todos encabezan el laboratorio IBC enfocado en inyectables y con una planta operativa en el partido de Ituzaingó. También son dueños del laboratorio Gemepe, firma a la que Abbott ya le había vendido una de las plantas heredadas de la transacción Recalcine. Se trata de la de Quilmes, deal cerrado en el año 2019. Aunque más tarde el grupo combinó Gemepe con IBC.

Farma de todos modos no es el único rubro en el que el Grupo Varadero tiene presencia. Se conoce su injerencia en Oil & Gas y en otros negocios. Aunque como su interés es no transparentar por completo sus operaciones, ni siquiera cuenta con un sitio web que describa su actividad. Ver IBC. // Ver Gemepe

En tanto, en el segmento de inyectables de gran volumen y de bajo precio la empresa ya compite con otras firmas, todas de capitales nacionales. Las mismas son MR Pharma, Denver, Lepetit; Klonal; Norgreen; Drawer, y Duncan, entre otras. Se trata de un mercado que se fue deteriorando en función de una agresiva competencia de precios, factor que se combinó con un sobreestock de productos generado durante la pandemia del COVID-19. Y en este reacomodamiento ni las multis, ni las grandes nacionales quieren meter los pies en un negocio que perdió rentabilidad y valor.

Con esta transacción Abbott seguirá firme en el segmento de Primary Care, aunque ya saca los pies del segmento de Hospitalaria. Allí conservará tradicionales marcas como su anticonvulsivante Valcote, el que se fabrica en su planta madre de Florencio Varela y desde donde se exporta a todo el continente. Ver Planta Varela.

En tren de hacer historia, la planta de Pompeya que ahora vende Abbott resulta la última de una saga. Previo a esta, en el 2021 la multi descontó otra unidad fabril a las siete que se quedó tras la compra del grupo chileno en el 2014. Fue la planta porteña de Liniers enfocada en antibióticos inyectables. El comprador fue el laboratorio nacional Cassará, firma que más tarde se la vendió al grupo Olmos. Ver artículo

Por su parte, en el 2018, el laboratorio Cassará adquirió el site de manufactura que Abbott tenía en La Plata, concentrado en la elaboración de antibióticos. El resto de las plantas quedaron en manos de distintos dueños. A comienzos del 2020, la corporación se desprendió de la unidad de oncológicos de Pilar, la que fue absorbida por el nacional Kemex. Por último en septiembre del 2020 discontinuó su doble planta de colirios y aerosoles de Villa del Parque y perteneciente a su adquirido laboratorio Atlas. Ver artículo La PlataVer artículo QuilmesVer artículo PilarVer artículo Villa del Parque

 

Cassará absorbe planta Liniers, Abbott

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