Pasó menos de un mes desde que, se logró un acuerdo sobre una exención parcial de los derechos de propiedad intelectual para las vacunas anti COVID-19. Sin embargo, es posible que se avecine una nueva batalla en la Organización Mundial del Comercio – esta vez sobre la extensión del acuerdo a tratamientos y tests.

El mes pasado en la 12ª Conferencia Ministerial de la OMC finalmente pudo dar a luz al Paquete de Ginebra. En ese marco se alcanzó un acuerdo sobre una exención parcial y temporal de las patentes de vacunas contra el COVID-19. Sin embargo, parece que no fue el final de la batalla

Y aunque las multis de farma criticaron la suspensión de los derechos de propiedad intelectual, en el otro wing varios países creen que el acuerdo fue demasiado estrecho en su alcance. Ahora, la agencia de noticias Reuters dice que surgió un documento en el que seis países proponen extender la exención a pruebas y terapias COVID. Para la industria farmacéutica, tal medida podría conducir a un desmoronamiento en las protecciones para los tratamientos de otras enfermedades.

El documento, respaldado por India, Sudáfrica, Pakistán, Indonesia, Egipto y Tanzania y compartido con otros miembros de la OMC afirma que la extensión de las herramientas de la política ayudará a los países en desarrollo a abordar las barreras de PI a la expansión y diversificación de la producción. Y que esto aumentará el acceso a estas herramientas cruciales de COVID-19 que salvan vidas.  Se propone un plazo de seis meses para extender el acuerdo, previendo una decisión del Consejo General, el máximo órgano decisorio de la OMC, en noviembre o diciembre. Ver artículo de Reuters.

Según Reuters, tres fuentes que asistieron a una reunión a puertas cerradas ayer miércoles dijeron que los países desarrollados, incluido Estados Unidos, aún no fijaron sus posiciones al respecto. Una dijo que existía la posibilidad de una nueva “gran batalla” entre los países proponentes y los países ricos, que se oponían a una exención total con el argumento de que restringiría la investigación y la inversión.

El riesgo desde el punto de vista de los multis es que muchos medicamentos y pruebas de COVID también se usan para otras enfermedades. Reuters citó una investigación de la compañía de análisis Airfinity que mostró que 63 pruebas COVID actuales se pueden usar para otras enfermedades infecciosas como la gripe, mientras que 123 proyectos de tratamiento se aplican para otras 95 enfermedades infecciosas.

Thomas Cueni, director de la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations describió la nueva propuesta como una “caja de Pandora” que enviaría “una señal completamente equivocada para la preparación para futuras pandemias” y socavaría el control de calidad y los incentivos para la investigación. Aseguró que se trata de una propuesta de «una coalición de países que se oponen fundamentalmente a la propiedad intelectual y están tratando de sentar un precedente para socavarla».

En el acuerdo actual, logrado después de casi dos años de discusiones e intensas negociaciones durante 5 días en Ginebra, los 164 países miembros de la Organización Mundial de Comercio suspendieron las patentes de las vacunas COVID-19 a efectos de permitir que los países en desarrollo puedan producir y exportar vacunas. Sin embargo, el acuerdo es bien diluido en comparación con algunas de las propuestas originales. Solo durará cinco años e incluye únicamente vacunas, dejando afuera a los tratamientos y devices. Ver OMC y patentes: los datos del acuerdo

Para muchos, fue mas bien un acuerdo simbólico ya que hoy por hoy lo que se registra es un exceso de vacunas, y no una falta. IFPMA argumenta que no se halla evidencia de que la PI se haya constituido en una barrera para la producción o el acceso a vacunas COVID-19.

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