La suiza Sandoz, el brazo de genéricos del grupo Novartis, quiere consolidarse como un jugador de peso a nivel mundial en antibióticos. Para ello, acaba de cerrar la compra del negocio de cefalosporínicos de la británica GSK. El deal, que implica un desembolso de hasta u$s 500 millones, incluye los derechos globales de Fortum, que se encuentra licenciado en el país al nacional Elea. El brazo argentino es conducido por Roberto Dormal.
La helvética Sandoz firmó un acuerdo para adquirir el negocio de antibióticos cefalosporínicos de la británica GSK. El deal, que abarca a los derechos globales de las marcas Zinnat, Zinacef y Fortum en más de 100 mercados, contempla un desembolso de u$s 350 millones al cierre más pago por hitos adicionales de hasta u$s 150 millones. Ver press release.
La operación excluye los derechos en EEUU, Australia y Alemania sobre algunas de esos productos que GSK ya vendió anteriormente y en India, Pakistán, Egipto, Japón y China, que serán retenidas por la multi con sede en el Reino Unido. En 2020, las tres marcas tuvieron ventas combinadas de unos u$s 140 millones en los mercados relevantes.
De las tres marcas transferidas, la única que tiene presencia en la Argentina es Fortum, que es comercializada por el nacional Elea a través de un acuerdo de licencia. Por su parte, Zinnat se vende en varios países de América Latina.
La suiza dijo que tiene la intención de fabricar Zinnat en plantas de su propia red. Actualmente, Sandoz concentra su producción global de antibióticos en Kundl, Austria. Según su CEO Richard Saynor, las cefalosporinas son el segmento de antibióticos más grande en términos de ventas globales. La adquisición de este negocio complementará el actual posicionamiento de la compañía como número uno en penicilinas genéricas.
El año pasado la suiza anunció una inversión conjunta con el gobierno austríaco de más de € 150 millones para fortalecer la competitividad a largo plazo de su planta de fabricación de antibióticos en Kundl. En Argentina, Sandoz es conducida por Roberto Dormal.