Mientras las vacunas anti COVID-19 están consiguiendo los primeros OKs regulatorios, la segunda tabacalera más grande del mundo, que sorprendió con su plan de desarrollar una vacuna a base de tabaco, sigue avanzando con el proyecto.
British American Tobacco está un paso más cerca de producir una vacuna contra el coronavirus utilizando plantas de tabaco. La firma ya obtuvo la aprobación del organismo regulatorio norteamericano para comenzar a realizar pruebas en humanos.
La tabacalera detrás de marcas de cigarrillos como Lucky Strike y Dunhill, anunció que recibió la autorización de la FDA para comenzar un estudio clínico con voluntarios adultos. Ver press release.
La tabacalera había comunicado su intención de desarrollar una vacuna a base de tabaco en abril, a poco de iniciarse la pandemia, mediante su división de biotecnología Kentucky BioProcessing (KBP), la que compró en el 2014. Ver artículo.
Si bien las grandes farmacéuticas ya están desarrollando vacunas, y la de Pfizer y BioNTech fue aprobada en algunos países, BAT detalló que su candidata se puede producir en sólo seis semanas, mucho más rápido que los meses de fabricación que requieren otras vacunas.
La empresa asevera que su tecnología patentada permite que los elementos de la vacuna se acumulen rápidamente en las plantas de tabaco. Además su candidata no requeriría el almacenamiento en frío que exige la vacuna de Pfizer, ya que sería estable a temperatura ambiente.
KBP clonó una parte de la secuencia genética del coronavirus y desarrolló un antígeno potencial que se inserta en las plantas de tabaco para su reproducción, convirtiendo las plantas en «fábricas biológicas».
La empresa dijo que la inscripción para el estudio comenzará en breve, con resultados esperados para mediados de 2021. Aseguró además que podría producir entre 1 y 3 millones de dosis por semana si cuenta con el apoyo de las agencias gubernamentales y los fabricantes adecuados. KBP también trabaja en una vacuna contra la gripe.
