El gobierno extenderá el aislamiento obligatorio hasta, al menos, el 12 de julio y según Infobae en los próximos 60 días podrían perderse miles de empresas y empleos. La escasa facturación y la menor ayuda del Estado hacen que la viabilidad de muchos negocios se vea comprometida, destaca el sitio de noticias.
La cuarentena tendría un nuevo capítulo hasta el 12 de julio, y Pablo Wende en Infobae adelanta el impacto que esta medida podría tener en la actividad económica. Según el periodista, la disputa política y judicial por Vicentin definirá muchas cosas respecto al clima de negocios. Ver artículo.
Pero mientras la seguridad jurídica se pone una vez más a prueba, en el corto plazo convivirán dos pandemias: el coronavirus y el cierre masivo de comercios e industrias, ante la imposibilidad de sobrevivir por la falta de ventas por un plazo tan prolongado y por la disminución de la ayuda del Estado para el pago de sueldos.
Wende indica que el acelerado aumento en la cantidad de contagios coincide con la dramática situación que atraviesan las empresas. En el momento en el que, según el periodista, precisarían volver a la normalidad, el Gobierno planea volver a fase 1 en la zona metropolitana. El detalle es que la cuarentena lleva 90 días y todavía no hay fecha para su finalización. Haberla arrancado tan rápido, cuando todavía no había terminado el verano y aún no había circulación en la comunidad, estiró su duración hasta límites insoportables para el aparato productivo.
«El detalle es que la cuarentena lleva 90 días y todavía no hay fecha para su finalización. Haberla arrancado tan rápido, cuando todavía no había terminado el verano y aún no había circulación en la comunidad, estiró su duración hasta límites insoportables para el aparato productivo», afirma el artículo publicado este domingo.
Ya en los últimos días se multiplicó el cierre de locales en avenidas de la ciudad de Buenos Aires que hasta hace poco tenían lista de espera. La extensión de la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano y la elevada posibilidad de que se vuelva incluso a un esquema más estricto complicará todavía más las cosas. Los próximos 60 días resultarán verdaderamente dramáticos para la economía, anticipa Wende. La inflación no es en el corto plazo un gran peligro, pero sí un fuerte aumento de pérdida de empleo y aumento de la pobreza.
Para colmo, el Gobierno llega con pocos recursos. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, ya adelantó en el Senado que el próximo programa de ayuda para el pago de salarios se mantendrá solo para sectores críticos, es decir aquellos que siguen sin abrir. El resto deberá conformarse como mucho con el pago del 25% del salario a cargo del Estado. La emisión monetaria para hacer frente al déficit fiscal ya llegó a un billón de pesos y seguirá aumentado, pero no puede seguir creciendo sin límite.
Una encuesta realizada por la Cámara Argentina de Comercio arrojó que un 11,5% de las empresas piensa cerrar sus puertas en los próximos 30 días si “no se produce una mejora de la situación”. Y otro 23% piensa en achicar su estructura, incluyendo la reducción de personal. Estas cifras implican que en el corto plazo podrían cerrar entre 40.000 y 50.000 establecimientos. Las pérdidas de empleo serán gigantescas, considera Wende.
Otra encuesta, pero realizada por la Unión Industrial Argentina, llegó a similares resultados. El 38% de las compañías aseguró que su negocio no es sostenible si las restricciones se mantienen entre uno y tres meses más. El 13% de las compañías estima entrar en concurso de acreedores ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas. Y el 63% sufrió bajas de sus ventas superiores al 50%.
Una encuesta realizada por la Cámara Argentina de Comercio arrojó que un 11,5% de las empresas piensa cerrar sus puertas en los próximos 30 días si “no se produce una mejora de la situación”. Y otro 23% piensa en achicar su estructura, incluyendo la reducción de personal. Estas cifras implican que en el corto plazo podrían cerrar entre 40.000 y 50.000 establecimientos.
En medio de este cuadro realmente dramático para la actividad, el Presidente declaró: “Querían abrir los negocios de ropa y ahí están las consecuencias”. Alberto Fernández le echó la culpa del aumento de los contagios a la supuesta mayor circulación de gente para ir a negocios de indumentaria. Pero el apuro del sector por volver a abrir sus comercios no es un capricho o una insensibilidad. Para el periodista se trata sencillamente de una cuestión de supervivencia.
Alberto Fernández asegura que sabe cómo salir de la crisis económica desatada por el coronavirus. Pero nunca explicitó por dónde pasaría ese plan. Y si realmente lo tiene, la pregunta es obvia: ¿por qué no lo cuenta para que todo el mundo se quede tranquilo? Las señales divulgadas hasta ahora no son precisamente alentadoras. Las demoras para negociar con los acreedores, la ofensiva sobre Vicentin y la decisión de Latam de abandonar la Argentina solo generan más angustia e incertidumbre.
Recién el 29 de junio se conocerá oficialmente la evolución de la actividad económica en abril. Pero se estima que el INDEC divulgará una caída record cercana al 20% en relación al mismo mes del año anterior, cifras que no se veían desde principios de 2002, inmediatamente después del estallido de la convertibilidad. El derrumbe en 2020 llegaría al 10% y la Argentina sería uno de los países más afectados del mundo por el coronavirus.