El negocio de OTC y consumo avanza en una reconfiguración constante. Hoy los alemanes de Bayer avisaron que le vendieron la emblemática línea de solares Coppertone a sus compatriotas de Beiersdorf. La operación sin embargo, excluye a América Latina.
Entre alemanes se entienden. Hoy lunes 13 de mayo el grupo Bayer entró en un acuerdo definitivo con Beiersdorf para venderle la marca de protección solar Coppertone por un total de u$s 550 millones. Ver Press Release.
Esta decisión tiene sentido para la dueña de Nivea y Eucerin ya que sumará una nueva etiqueta que refuerza su negocio de cuidado de la piel. A la vez que por fin Bayer le dio destino a esta marca que le había comprado en el 2014 a la norteamericana MSD y que no volvió a recomercializarse en el país.
La transacción se espera que se cierre en el tercer trimestre del 2019 sujeta a las habituales condiciones de alcance regulatorio. Beiersdorf adquirirá los derechos de los productos globales de Coppertone y también recibirá un staff de 450 empleados en Estados Unidos, Canadá y China, así como una planta de producción en Tennessee, EE. UU.
Bayer le había comprado la marca a los norteamericanos de MSD en el 2014 en el mismo paquete que incluyeron a Dr. Scholl’s. Sin embargo, luego de ese deal la marca se discontinuó del mercado local. Y hoy mismo sigue inactiva.
La multi ya había avisado sobre esta decisión en noviembre del año pasado cuando explicó que estaba sopesando desprenderse de ciertos activos en pos de seguir reorganizando su negocio, tras la mega compra que completó en junio del 2018 al hacerse de la agroquímica Monsanto. Ver artículo.
Heiko Schipper, miembro del board de Bayer y presidente del negocio de Consumer Health dijo «creemos haber encontrado en Beiersdorf el partner correcto para continuar la inversión y el crecimiento de la marca Coppertone».
Fue para una transacción que tuvo a Sawaya Partners y al Citi como asesores financieros desde el lado de Bayer, mientras que Covington & Burling aportaron el soporte legal. Beiersdorf recibió en paralelo el asesoramiento financiero del Credit Suisse y Perella Weinberg Partners, mientras que Freshfields Bruckhaus Deringer intervino como asesor legal.