Tras la salida de Rodolfo Civale, la británica GSK nombró al colombiano Jorge Arévalo como gerente general para Argentina. El ejecutivo, que está llegando desde GSK Chile, forma parte de la multi desde hace casi una década y tiene la oportunidad histórica de desacartonar a la compañía.
Después de la reciente salida de Rodolfo Civale de la filial local de GSK, el sillón principal de la multi en el país ya tiene nombre y apellido. Ver artículo.
Según pudo saber Pharmabiz, el que asumirá en esta nueva etapa será el colombiano Jorge Arévalo, quien forma parte de la corporación desde hace casi una década. El ejecutivo está llegando desde GSK Chile donde actuó como gerente general por casi dos años.
Aunque previo a ello se fogueó en diferentes filiales latinas. Arrancó en Venezuela, donde estuvo del 2009 al 2013, y luego se cruzó a Costa Rica donde actuó como gerente general para la región de Centroamérica y el Caribe.
De modo que los mercados difíciles no le son un tema ajeno. Por lo cual se asume que estará preparado para el presente contexto local. Arévalo tiene que ponerse al mando en el mes en que los aportes non sanctos para campañas políticas salieron a la arena pública.
Arévalo llega en una coyuntura nada simple para la filial argentina. Esta semana Crónica TV incluyó a directivos de GSK entre los aportantes «grises» a campañas políticas. Por este caso y a través de un comunicado interno, la empresa se desligó del asunto poniendo una vez más la responsabilidad sobre los medios.
Incluso, esta semana Crónica TV consignó que dos directivos de GSK estarían involucrados entre los aportantes «grises». Sin embargo la multi se desligó a través de un comunicado interno en el que afirma que «de habernos consultado, conforme lo indica la buena práctica periodística, les hubiésemos brindado la información que nos solicitaran». Ver abajo.
Es curioso que justo GSK quiera hacer alarde de esta práctica, cuando se destaca por ser uno de los laboratorios que tal como lo ha precisado Pharmabiz en diferentes artículos, mantuvo durante la década una «gerencia de incomunicación«.
La llegada de Arévalo sin embargo, que en simultáneo deberá contratar a una nueva gerente para el área de comunicaciones, podría marcar una nueva etapa en este campo si el ejecutivo estuviera realmente dispuesto a dar un golpe de timón y desacartonar su relación con los medios.
